Desarrollo de un Plan para el Ministerio de Niños y Jóvenes

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OneHope ha creado Avivemos como recurso especialmente para Latinoamérica, a fin de llegar a la siguiente generación con excelencia y creatividad. Avivemos busca servir a la iglesia de América Latina ofreciéndole visión, formación y programas de interacción con las Escrituras para alcanzar a niños y jóvenes con el evangelio de Cristo. Como parte del apoyo activo que presta este movimiento presentamos algunas recomendaciones que Avivemos plantea a los maestros de niños y líderes de jóvenes en sus programas de capacitación cuando se trata de desarrollar un plan de trabajo ministerial.

Los seguidores del Señor Jesucristo desean en su corazón dar los mejores frutos de su servicio siguiendo la dirección del Espíritu Santo y han reconocido que las Escrituras afirman que sólo Dios hace crecer lo sembrado. (1 Corintios 3:5-7 NTV).  Así mismo, en la Palabra de Dios se anima a los servidores del Señor a estar atentos a lo que están desarrollando y observar con detenimiento el avance de todo lo que han emprendido para Él, por ello “deben ser cuidadosos al construir”.

Por la gracia que Dios me dio, yo eché los cimientos como un experto en construcción. Ahora otros edifican encima; pero cualquiera que edifique sobre este fundamento tiene que tener mucho cuidado. Pues nadie puede poner otro fundamento distinto del que ya tenemos que es Jesucristo…” (1Corintios 3:10-13 NTV).

La mejor manera de ser cuidadosos en lo que se construye para el Señor, es buscando en oración: a) la visión del Espíritu Santo para cada ministerio y b) llevar a cabo la visión mediante un plan, que representa  los pasos que se deben dar para alcanzar esa visión.

Todo maestro de niños y jóvenes  debe comprender las claves para construir y planificar en el ministerio. Los principios e ideas que se aplican en la construcción de un ministerio cristiano fuerte, se pueden clasificar en cuatro categorías: alcanzar, discipular, atender y liderar. Para tener una idea mucho más clara con relación a estos cuatro principios, comience su búsqueda dando respuestas a  preguntas tales como:

1) Alcanzar: ¿Estamos alcanzando a los niños, tanto dentro como fuera de la iglesia, y presentándoles a Jesús?

2) Discipular: ¿Estamos ayudando a los niños a seguir a Jesús, arraigándolos en Su Palabra e impulsándolos a servir? ¿Estamos ayudando a los padres a discipular a sus hijos en casa?

3) Atender: ¿Estamos construyendo relaciones significativas con los niños y demostrando preocupación por sus necesidades más apremiantes?

4) Liderar: ¿Sienten nuestros voluntarios pasión por Jesús y cuentan con las habilidades y los recursos necesarios para alcanzar, discipular y atender a los niños?

Para elaborar un plan se necesita tener la visión en mente. Hacemos planes porque queremos ver que Dios Padre produzca fruto en las vidas de los niños y jóvenes, por tanto, también debe responder:

5) Si nuestro ministerio de niños y jóvenes fuera fuerte en cada una de estas categorías, ¿qué tipo de fruto podríamos esperar que Dios produjera en la vida de los niños y jóvenes a los que servimos?  

Una excelente técnica para comenzar a plasmar las ideas es dibujar la figura de un niño o adolescente y escribir las respuestas a la pregunta  5 a un lado de la figura o alrededor de ella. (Las respuestas pueden incluir amor por los demás, paciencia, respeto, servicio al Señor, compartir el evangelio, sinceridad o deseo de leer la Palabra de Dios).

Teniendo en cuenta estos cuatro principios, (alcanzar, discipular, atender, liderar) y el fruto de Dios Padre que deseamos ver, seguiremos reflexionando en el tema de cómo desarrollar un plan para nuestro ministerio de niños y jóvenes.

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