En nuestra publicación anterior estuvimos presentando ideas para utilizar el juego como estrategia de enseña para los niños. Recomendamos al maestro cristiano hacer del juego una actividad importante en su tiempo de enseñanza, sabiendo que así aporta formas diferentes de favorecer el aprendizaje, además de traer descanso y recreación al niño.
Las investigaciones reportan que en “la infancia el juego es el protagonista, y es muy importante utilizarlo como metodología de aprendizaje, pues en ocasiones, se convierte en la única forma de mantener la atención de los niños” *. Consideran los expertos que jugando el niño ejercita la aceptación de errores y la busca de soluciones; también aprende a enfrentar situaciones difíciles. Así mismo, el juego promueve habilidades sociales, además de aumentar la motivación y desarrollar la responsabilidad. *
Entre los muchos juegos que el maestro cristiano puede considerar para enseñar a los más pequeños encontramos:
Juegos con plastilina: estimulando la creatividad, la concentración, la motricidad fina; muy probablemente es el más conocido por los maestros de niños en edad pre-escolar. En el área de la educación cristiana es una estrategia muy apropiada para que el niño recuerde las historias bíblicas y sus personajes.
Jugar a las adivinanzas: actividad donde se estimula el razonamiento abstracto, el aprendizaje y la inteligencia. Es una estrategia adecuada para los de 6 o 7 años en adelante; el maestro cristiano puede crear sus propios “acertijos” para usarlos como afirmadores de la enseñanza recibida en esa lección.
Teatro: es ideal para el desarrollo verbal y corporal, estimula la memoria y agilidad mental, es de los más populares en la enseñanza a todo nivel. El docente cristiano puede adaptar la estrategia aumentando la dificultad de acuerdo a la madurez de su grupo.
Les presentamos algunos juegos que pueden ser adaptados al contexto cultural y edad del grupo de niños que atiende:
Describiendo un paisaje: Este juego estimula la creatividad y es adecuado a cualquier edad; los niños se organizan formando un círculo, es recomendable que el maestro se incluya. El juego comienza con el maestro dando tres características básicas de un paisaje que está visualizando. Continua el niño a su lado, (derecho o izquierdo), quien también dará tres características básicas de un paisaje que está visualizando, pero debe repetir lo que ha dicho el maestro, y así continua el juego; sucesivamente, cada niño debe añadir a la descripción recibida tres detalles del paisaje que está visualizando. El juego se hará divertido y el niño que no diga los detalles que recibió va saliendo del círculo. El juego termina cuando todos los niños hayan participado.
Bolsa misteriosa: Es un juego que estimula la asociación de conceptos y también puede adaptarse a la edad de los niños. Para este juego el maestro debe reunir varios objetos que colocará dentro de una bolsa, cada niño con los ojos vendados, introduce su mano para escoger un objeto de la bolsa y palparlo, así tratará de reconocer, identificar, (adivinar) qué es. El maestro puede aumentar la dificultad variando el tiempo disponible para descubrir el objeto. El niño que adivine más objetos es el ganador.
Poniendo Orden: Este juego promueve el trabajo en equipo y seguir instrucciones. Los niños de organizan en dos líneas paralelas separadas a una distancia no muy amplia, deben mantenerse en la línea que les fue asignada. El maestro comienza a dar órdenes para que los participantes se organicen en sus líneas, por ejemplo: desde el más alto hasta el más pequeño o viceversa, sin salirse de la línea ni molestar al otro equipo. El equipo que logre más rápido seguir el orden recibido es ganador.
“y las calles de la ciudad se llenarán de niños y niñas que juegan”.
Zacarías 8:5 (NTV)
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