Por Emilio A. Reyes
Potencial es el equivalente al propósito, destino, poder latente. Es la habilidad no expuesta, el poder reservado, la fortaleza sin explotar, las capacidades sin descubrir, el éxito sin uso, los dones espirituales dormidos, los talentos naturales escondidos. Potencial es lo que puedes hacer, pero no has hecho. Es donde puedes ir y todavía no has ido. Es lo que puedes ser, pero aún no lo has logrado. Es lo que podrías imaginar, pero todavía no has imaginado. Es qué tan lejos puedes llegar, pero aún no has llegado. Es lo que puedes llevar a cabo, pero todavía no has realizado. Potencial es la suma de lo que eres, pero que todavía no ha sido manifestado. Es un depósito que espera ser desatado y llevado a su máximo exponente
Los seguidores de Jesucristo tienen la capacidad para ser más de lo que piensan de sí mismos, más de lo nunca han podido imaginar, pero necesitan descubrirlo con acciones que los lleven a intentar cosas mayores. (Juan 14:12)
Cuidemos nuestra relación con Dios
Para cuidarnos a nosotros mismo necesitamos tener las prioridades en orden. Primero es Dios y nuestra relación con Él. Tener un tiempo de devocional y oración diaria. Hablar con el Espíritu Santo y permitir que Él nos hable.
Cuidémonos a nosotros mismos
Si no nos cuidamos no podemos cuidar nada de lo que Dios nos ha dado. El autor se refiere a un desarrollo integral y equilibrado que incluye mente, cuerpo, vida social y vida espiritual. (Romanos 8:28).
Así mismo, como seguidores del Cristo Jesús, cuidemos nuestra reputación. Una pequeña falla de conducta personal puede en un momento destruir aquello que nos ha tomado años de esfuerzo diligente para edificar. (1 Timoteo 4:16).
Cuidemos nuestra familia
Hombre: ama a tu esposa. Mujer: respeta a tu esposo. Ambos: sométanse uno a otro como al Señor. Mas que recomendaciones, las palabras de Pablo a sus lectores son acciones que necesitamos practicar de continuo para desarrollar ese depósito que hemos recibido del Señor. (Efesios 6:4, DHH)
Cuidemos nuestro empleo
Llegar a tiempo, atender la labor con gozo, tener una buena actitud y dar buen ejemplo a los demás compañeros trabajadores son parte de las acciones que distinguen a un seguidor de Jesucristo que se esfuerza en desarrollar su potencial. (Proverbios 22:29)
Cuidemos de nuestro ministerio
Una cosa es tu comunión con Dios y otra el servicio que rindes. Si eres pastor y la iglesia te sostiene, entonces tu empleo es tu ministerio pastoral. Si este es tu caso, atiende el rebaño que Dios ha puesto en tus manos. Predica, enseña, administra, cumple tu ministerio. Si eres obrero ministerial y además tienes un empleo, entonces en el orden de prioridades tu empleo está por encima de tu ministerio. No es fácil tener dos trabajos, sin embargo es el Señor quien llama, y quien nos ayuda a ser efectivo y eficiente. Sé sabio y no dejes que el ministerio usurpe tiempo que le debes dedicar a Dios, a tu cónyuge o a tus hijos.
Cuidemos a las personas de quienes somos responsables
Haber sido distinguido para dirigir o liderar un grupo nos hace responsables ante aquel que nos designó, si esa responsabilidad la ejercemos en la congregación, entonces debemos responderle al Señor Jesús. A medida que el grupo asciende, contribuirán a nuestro ascenso así que, desarrollamos también nuestro potencial al ayudarles a ascender por medio de la interacción bíblica, la oración, preparando reuniones de adoración que sean relevantes, y promoviendo el uso del tiempo, el talento y el tesoro para Dios. Siembra «Shalom» en la comunidad donde Dios te ha puesto a servir. Shalom es una palabra hebrea que transmite un deseo de salud, armonía, paz interior, calma, bienestar y tranquilidad. Shalom no es sólo la ausencia de conflicto o la desaparición de hostilidad, sino que Shalom significa también un retorno al equilibrio, a la justicia y la igualdad integral.
Por eso te aconsejo que avives la llama del don que Dios te dio cuando puse las manos sobre ti. (2Timoteo 1:6 NBV)