Duplique sus esfuerzos ministeriales con un concepto simple
Si como maestro de niños o jóvenes toma en serio el Ministerio a las nuevas generaciones, le apasiona compartir el Evangelio de Jesucristo con cada niño o joven que ingresa a su salón de clases, y pone mucho esfuerzo en su labor. Semana tras semana prepara lecciones, enseña a los niños o jóvenes y ora para que lo que haga marque la diferencia. ¡Lo que estás haciendo es un trabajo duro!
¿Y si le dijéramos que podría duplicar su impacto con un simple concepto transformador? O, ¿qué tal si dijéramos que puede obtener 1 nuevo voluntario para CADA NIÑO o JOVEN en su ministerio? La solución no es un secreto. Pero, es uno de los recursos menos utilizados en todo Ministerio Infantil y a Jóvenes.
¡Los mejores, más transformadores e impactantes recursos para su ministerio son PADRES!
¿Por qué padres? ¡Los padres pasan mucho más tiempo con sus hijos que usted! En comparación con sus padres, el maestro o líder pasa muy poco tiempo con un niño o joven. Por mucho que desee tener un impacto en su vida, sus esfuerzos son limitados sin la participación de los padres.
Estas no son malas noticias. ¡Estas son muy, muy buenas noticias! Tiene un pase de primera fila para el mejor recurso para alcanzar a los niños y jóvenes con el Evangelio. ¡Juntos tendrán un gran impacto!
3 formas de liberar el poder de los padres
Involucrar a los padres en el ministerio no siempre es fácil. Hay una variedad de razones para esto. A menudo es porque ven su ministerio más como un servicio de cuidado que como un esfuerzo de hacer discípulos. ¿Cómo superar esta visión de los padres al ministerio infantil o de jóvenes? Hay 3 cosas que puede comenzar a hacer que cambiarán la forma en que los padres ven el ministerio del maestro de niños o jóvenes, lo que ayudará a liberarlos como recursos poderosos para el Evangelio.
1. Anime a los niños y jóvenes a compartir lo que han aprendido con sus padres.
Primero, el niño o joven habla sobre la lección en casa. Luego, sus padres responden y hacen preguntas. Y luego, antes de que se den cuenta, tendrán conversaciones regulares sobre la Biblia. ¡La misma lección que enseñó volverá a la vida en el hogar y la familia de un niño o joven! Esto crea un poderoso efecto dominó que multiplicará el trabajo que realizas.
Planifique hacer que sus lecciones sean fáciles de repetir y utilizar frases clave que sean fáciles de recordar más tarde. Repita estas palabras y frases clave a menudo a lo largo de la lección y pida a su clase que las repita también. Luego, anime al grupo compartir lo que aprendieron con sus padres en el camino a casa o a la hora de comer. Darles una tarea concreta sobre cuándo compartir hace que sea más probable que lo compartan.
2. Escribir notas a los padres.
Si usted está regularmente en contacto y comunicación con los padres, es más probable que se comprometan con su ministerio. Una pequeña nota puede ser de gran ayuda para demostrarle su interés. Cuando demuestre que personalmente se preocupa por ellos y su familia, comenzará a abrir puertas para que quieran involucrarse.
Escriba solo a algunos padres cada semana, puede incluir lo que su hijo ha aprendido, o que su hijo mostró un gran comportamiento, o simplemente una palabra de aliento. Una simple nota suya los mantendrá informados, y además los alentará en gran medida.
3. Pídales a los padres que sean voluntarios
¡Es probable que tenga éxito en involucrar a los padres en el voluntariado si PRIMERO invirtió en ellos de otras maneras! Pero incluso después de haber seguido los pasos 1 y 2, lo alentamos a que no le pida a un padre que sirva hasta que primero comparta la visión del ministerio. Hay 2 formas de hacerlo:
• Organice reuniones de padres y maestros para cada estudiante en su clase.
Invite a los padres a hablar con usted unos minutos antes o después de la clase, comparta algunas cosas que le animaron en su hijo. Luego comparta claramente la visión del ministerio y su pasión por el servicio. Invítelos a visitar la clase para ver cómo es y si estarían dispuestos a servir.
• Programe un evento para padres para que todos asistan.
Puede hacerlo en cualquier momento, ¡solo hágalo divertido y alentador! Incluya compartir la visión del ministerio y su pasión por el servicio; debe ser una breve oración de 1 o 2 que describa con precisión lo que el ministerio desea lograr. Déjeles saber que le gustaría que cada uno de ellos intente servir en el ministerio.
Finalmente, los padres son uno de sus mejores recursos cuando alcanzan a los niños o jóvenes con el evangelio de Jesucristo. No debemos desperdiciar tan valioso recurso.