En nuestro artículo anterior destacamos la importancia que tiene, para todo maestro de niños cristianos, conocer las capacidades cognitivas del ser humano y cómo éstas afectan el desempeño de los pequeños que atiende en la congregación. Recordemos que capacidades Cognitivas son las habilidades que nos permiten el procesamiento de información, la resolución de problemas, la percepción, el lenguaje, la memoria entre otras. En su actividad ministerial, el maestro cristiano enseña la palabra de Dios a niños desde los 2 años de edad y posiblemente hasta los 11 o 12 años; y los cambios que experimentan los niños en la etapa entre los 7 y los 12 años, pueden ser aprovechados para dejar un fundamento firme de las enseñanzas del Señor Jesús en los infantes que tiene a su cargo.
Conocemos de investigaciones que afirman que ese es el mejor tiempo del niño (a) para aprender y hacer suyos valores y principios morales que dirijan sus decisiones como adultos. Entre los 7 y 9 años de edad, los niños(as):
- Han comenzado a leer y tienen muchas preguntas, por lo cual es buen momento para retarlos a leer pequeñas porciones de la Palabra de Dios y permitirles que ellos relaten lo que recuerden con sus propias palabras. También el maestro puede permitir a los niños hacer preguntas.
- Como están muy deseosos de aprender y ya aceptan los conceptos de ganar/perder, pueden ser iniciados en la memorización de las Escrituras y ayudarles a aprender nuevas palabras. Las competencias supervisadas y los juegos de mesa adaptados a la Palabra de Dios, serían de gran ayuda al maestro, porque promueven el compañerismo, la amistad, y afirman la función de organización y control de emociones.
Cuando el ser humano se va acercando a la pubertad, entre los 10 y 12 años, vive otros cambios que se reflejan en sus actos y relaciones:
- Hacen preguntas desafiantes, que muestran el ejercicio de la mentalidad creativa y el pensamiento imaginativo; por eso el maestro puede usar esta capacidad para proponer actividades que les desafíen y motiven, como componer rimas con la Palabra de Dios que recién aprendieron.
- Pueden pensar en diferentes temas interrelacionados, el maestro puede valerse de historias simuladas que estimulen el análisis del caso y búsqueda de soluciones, sabiendo que en esta etapa los niños (as) buscan la equidad. También quieren tener héroes como Jesucristo, así que es un excelente momento para presentarles el plan de Salvación y conducirlos a su decisión personal de Fe en Jesús, el hijo de Dios.
- Pueden comenzar a orar y a leer la Biblia por sí mismos y aplicarla a sus vidas. Aprovechando esa capacidad de organización y clasificación que comienzan a desarrollar, el maestro puede proponer un plan corto de lectura bíblica diaria basado en los temas de enseñanza de un período, estimulándolos a conocer la Biblia y como está compuesta.
Cuando un maestro de la ley se instruye acerca del reino de los cielos, se parece al dueño de una casa, que de lo que tiene guardado sabe sacar cosas nuevas y cosas viejas. (Mateo 13:52)