En Avivemos conocemos el impacto que tiene un líder en su rol de maestro de niños, y con eso en mente, procuramos presentar información relevante que cada maestro cristiano en nuestra red puede utilizar con sabiduría hoy, para impactar la vida de niños mañana.  Para todo ministerio infantil es de gran beneficio conocer las maneras más eficaces para enseñar a los niños la palabra de Dios.

Dios creó al ser humano con cuatro áreas en desarrollo y cambio: físico, mental, socio-emocional y espiritual. Las habilidades que nos permiten el procesamiento de información, la resolución de problemas, la percepción, el lenguaje, la memoria entre otras, es lo que conocemos como capacidades Cognitivas. 

La infancia es la etapa de nuestra vida cuando recibimos la mayor cantidad de estímulos físicos y psicológicos, por lo cual es clave para adquirir y empezar a desarrollar las capacidades de aprendizaje.  En la actualidad las teorías de aprendizaje reconocen varios tipos de Capacidades Cognitivas, a saber:  

• Lenguaje: uso adecuado de las palabras para expresar pensamientos, sentimientos, ideas. 
• Atención: permite concentrarnos en un estímulo y descartar el resto.
• Memoria: da acceso a recibir, analizar, almacenar y recuperar experiencias, estímulos y aprendizajes previos.
• Percepción: recibir e interpretar los estímulos físicos del medio que nos rodea.
• Funciones ejecutivas: permiten que llevemos a cabo procesos como planificación, organización, el control de impulsos y la creatividad.
• Orientación espacio temporal: ubicación en el espacio y el tiempo para poder interactuar a nivel social.

En el ejercicio del ministerio, es posible que el maestro cristiano atienda a niños desde los 2 años de edad. En esa etapa de su crecimiento y hasta aproximadamente los 5 o 6 años los niños: 

• Están en el proceso de desarrollar el lenguaje y utilizan el sistema de símbolos para comunicarse; no saben leer, o apenas están lo aprendiendo. Por esta causa, el maestro preferiblemente presenta imágenes o símbolos representativos en lugar de texto para apoyar su enseñanza.
• Se cansan fácilmente ya que sus músculos están todavía en desarrollo. El maestro efectivo sabe que su grupo es inquieto, y utiliza juegos de desplazamientos cortos y sencillos, para apoyar su clase.
• Tienen un período de atención corto. Por lo tanto, cuando el maestro presenta un nuevo contenido, hace una explicación muy corta y precisa, que no sobrepase el tiempo de atención del grupo. Es aceptado que el tiempo de atención de un niño, en minutos, es su edad más 2; por ejemplo, un niño de 3 años, tendrá un tiempo de atención estimado de cinco (05) minutos.
• Recuerdan solamente frases breves. Con esto en mente, el maestro cristiano presentará un enunciado corto, fácil de recordar, por ejemplo. Jesús bendice a los niños. (Marcos 10:16)
• Tienen curiosidad y les gusta aprender cosas nuevas. El maestro eficaz lo aprovecha para crear ambientes dinámicos, de descubrimiento dentro del aula.
• No entienden el concepto de ganar/perder. En esta etapa no es recomendable la competencia como estrategia de animación y/o aprendizaje.
• Reconocen lo bueno y lo malo. Es muy buen momento para afirmar aquellas actitudes que agradan a Dios y animarlos a demostrarlas, por ejemplo, aprender a compartir lo que tiene, porque Jesús ama a los que dan. (Mateo 5:42)
• Los padres son las personas más importantes en sus vidas. El maestro cristiano mantiene la mejor comunicación posible con los padres de los niños que atiende. 
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Una pregunta obligada para el maestro de los más pequeños: ¿Qué cambio puedo traer en la enseñanza para hacerla más clara a estos niños?

Cuando un maestro de la ley se instruye acerca del reino de los cielos, se parece al dueño de una casa, que de lo que tiene guardado sabe sacar cosas nuevas y cosas viejas.  (Mateo 13:52)