En nuestra publicación anterior presentamos los juegos como una excelente manera de propiciar el aprendizaje y una estrategia de enseñanza recomendada para los líderes de jóvenes. Los investigadores afirman que “a menos edad, más timidez”. La adolescencia es la etapa donde pasamos por el desarrollo de las competencias emocional y social, las cuales gestionan la capacidad de manejar las emociones y la habilidad para relacionarnos efectivamente con otros*.
Es necesario insistir en que el líder recuerde que cada grupo es diferente, por lo cual, al elegir un juego considere las características de ese grupo en particular y cuál es el objetivo que desea alcanzar. A pesar de existir variaciones en los criterios, los rangos edad que comprenderían la adolescencia serían aproximadamente los siguientes, con algunos rasgos a destacar:
1. Adolescencia temprana: desde los 10 a los 13 años: Período en el cual los adolescentes muestran: a) Aumento de la capacidad del pensamiento abstracto; b) Pensamiento moral más profundo; c) Una lucha con el sentido de identidad; d) Aumenta la influencia de grupo de pares; e) Crecimiento en su entendimiento de que hay un plan y propósito para su vida; f) Reconocen que Dios está allí para ellos.
2. Adolescencia media: desde los 14 a los 18 años: En esta etapa es posible observar: a) Mayor capacidad para establecer metas; b) Piensan en el significado de la vida; c) Tendencia a distanciarse de los padres; d) Lucha por la independencia; e) Impulsados a hacer y confiar en las amistades; f) Comienzan a sentir necesidad de Dios y no pueden hacer las cosas solos; g) Ganan confianza en las Escritura y fe en Dios.
3. Adolescencia tardía: desde los 19-21 años: Este es el período donde notamos: a) Capacidad de pensar a través de Ideas; b) Capacidad para demorar la gratificación; c) Más firmeza en sentido de identidad; d) Aumento de la estabilidad emocional; e) Aumento de la preocupación por los demás; f) Crecimiento en una relación más profunda, más seria con Dios; g) Ganan un sentido más amplio del mundo que los rodea, y cómo pueden servir en el ministerio y obedecer la Palabra de Dios.
Ahora, como estrategia de enseñanza, un mismo juego puede variar su efectividad dependiendo del rango de edad del grupo, y del momento en que se realiza, (1er día de reunión o después de tres o más reuniones). Sin embargo, queremos compartir algunos juegos de que se pueden desarrollar entre los jóvenes y adaptarlos según la característica de cada grupo:
Nos vamos de fiesta. Un juego de presentación, estimula la creatividad y ejercita la memoria. Los jóvenes de organizan en un círculo y el líder es quien inicia el juego diciendo en voz alta su nombre y lo que llevaría a una fiesta imaginaria. Luego, el joven que está a su lado, dice en voz alta su nombre y qué llevaría a una fiesta imaginaria, además de indicar el nombre y lo que ha dicho el maestro, el juego continúa hacia el siguiente joven que dice su nombre y qué llevaría a una fiesta imaginaria, además indicar el nombre y lo que ha dicho el compañero anterior, y el juego termina cuando todos se han presentado.
Dilo Cantando**. El grupo se organiza en equipos, y se permite un tiempo determinado para que, usando la melodía de un canto cristiano conocido, cada equipo componga estrofas que vayan de acuerdo con el tema de la enseñanza del día. Transcurrido el tiempo dado, los equipos comparten con el grupo la canción que han creado. En este juego los jóvenes desarrollan las habilidades de trabajo en equipo, estimula la creatividad y hasta explora talentos no conocidos.
“Y las calles de la ciudad serán llenas de muchachos y muchachas, que jugarán en ellas”. Zacarías 8:5 (JBS)
*Desarrollo psicosocial del adolescente (conicyt.cl)
** misdinamicas.com/uncategorized/dinámicas-cristianas/
