Por Rob Hoskins
La deshonestidad ha estado sucediendo por siglos. Sin embargo, el mundo se sentó y prestó atención cuando el Departamento de Justicia de Estados Unidos dio a conocer detalles del mayor escándalo en admisiones a la universidad jamás procesado en la historia de los Estados Unidos. Más de 30 padres adinerados han sido acusados de usar sobornos y fraudes para obtener la admisión de sus hijos en universidades de élite y de renombre.
En una cultura que valora el éxito y el estatus, no es sorprendente que las celebridades de Hollywood y los líderes empresariales prominentes estuvieran dispuestos a pagar para mantener las apariencias.
Me alegro que nosotros no tengamos que jugar ese juego. Jesús, nuestro ejemplo fundamental, hizo todo lo contrario de lo que estos padres intentaban lograr. Jesús se volvió menos para hacer más. Estoy emocionado de ser parte de un movimiento que ha estado trabajando durante años para cambiar la mentalidad cultural a cerca de cómo se ve el éxito y una vocación más alta que la educación superior solamente.
La Generación Z está a punto de ir a la universidad y piensan de manera muy diferente al respecto que sus predecesores. Estos creativos expertos en tecnología consideran que la educación superior es una breve parada en su viaje bien confeccionado. Muchos han comenzado una carrera secundaria o profesional para financiar la educación que ven como un taller práctico que les brinda acceso instantáneo a las personas, las redes y la experiencia que es un medio para su fin.
Deuteronomio nos recuerda que debemos mantener la Palabra de Dios a la vanguardia de cada aspecto de nuestras vidas. Incluyendo el viaje educativo de nuestros hijos, que debe estar infiltrado de intencionalidad desde el nacimiento hasta su propósito celestial individual y su llamado superior.
“¡Pero cuidado! Asegúrate de nunca olvidar lo que viste con tus propios ojos. ¡No dejes que esas experiencias se te borren de la mente mientras vivas! Y asegúrate de transmitirlas a tus hijos y a tus nietos. 10 Jamás te olvides del día que estuviste ante el Señor tu Dios en el monte Sinaí, donde él me dijo: “Convoca al pueblo para que se presente ante mí, y yo mismo lo instruiré. Entonces ellos aprenderán a temerme toda su vida y les enseñarán a sus hijos que también me teman”. Deuteronomio 4: 9-10 (NTV)
Dado que la tecnología puede eliminar barreras como la geográfica y el acceso financiero a la educación superior, los nuevos modelos de acceso colaborativo permiten que los estudiantes permanezcan en sus comunidades y continúen beneficiándose de la influencia continua de la familia, las iglesias y las conexiones de discipulado que los ayudan a mantenerse firmes en su fe a medida que logran sus metas educativas superiores.
Estos modelos acreditados permiten a las personas crear una trayectoria educativa y profesional que puede no existir actualmente en su ubicación geográfica, y debido a que muchos pueden quedarse en casa y seguir trabajando, este modelo fiscal es atractivo para la generación Z, que no acepta la deuda; para una generación que quiere personalizar todo, ser capaz de individualizar sus propios títulos y certificados para que se ajusten a sus habilidades originales y dones únicos les permiten avanzar más rápidamente en el cumplimiento de su destino.
Estos nuevos paradigmas de educación superior liderados por el llamado espiritual de un individuo, informados por la familia y su iglesia local son contraculturales en todos los sentidos, en comparación con el reciente escándalo de admisión a la universidad.
Vivimos en una época como ninguna otra donde nuestros hijos crean su propio futuro. Nos necesitan a nosotros y a su familia de la iglesia hablando sobre su futuro y entrando en el juego, ayudando a guiar su viaje hacia la sabiduría. El objetivo final debe ser lanzar a nuestros jóvenes totalmente preparados para entrar confiadamente en la desordenada cultura mundial que se ha creado y que lo hagan equipados con un conjunto completo de valores del Reino que los guían.
La sabiduría es aún mejor cuando uno tiene dinero; ambas cosas son de beneficio a lo largo de la vida. 12 La sabiduría y el dinero abren casi todas las puertas, pero solo la sabiduría puede salvarte la vida. Eclesiastés 7: 11-12 (NTV)