Pastores: Ordenado y organizado

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Desde hace muchos años soy pastor, y a lo largo de mi servicio he visto que uno de los grandes errores ministeriales es desenfocarse del llamado y permitir que el desorden de las actividades, nos invadan. Entonces aprendí algunas enseñanzas que quisiera compartirte. En primer lugar, administrar bien el tiempo es uno de los requerimientos básicos para que puedas atender todos tus roles. Luego, rodéate de personas que tienen los dones y talentos que tú no tienes, también lo es, de esta manera ellas te ayudarán a sobrellevar la carga. Recuerda que estás edificando sobre el fundamento de alguien que vino antes de ti, pues unos plantan y otros riegan. Además, admite que precisas de un equipo que te ayude. De lo contrario te vas a estancar y no vas a ascender.

En Éxodo 18:13-27, Jetro le dijo a Moisés que se estaba descuidando a sí mismo porque estaba sobrecargado de trabajo. Le aconsejó que mirara el talento que tenía a su disposición y que escogiera un equipo ganador. Luego le dio instrucciones acerca de cómo debía ser el perfil de tal equipo. Debían tener: Virtud, temor de Dios, ser personas que anduvieran y dijeran la verdad, y que aborrecieran la avaricia. Finalmente, Jetro le dijo a Moisés cuál era el tipo de organización que debía tener basado en el potencial de cada persona.

Según Jetro, si quieres tener un equipo ganador debes hacer cuatro cosas:

  1. Debes saber a quién delegar

En su libro Good to Great, Jim Collins lo dijo de esta manera: «Pon a la gente adecuada en el autobús, a la gente equivocada fuera del autobús, y a las personas adecuadas en los puestos

adecuados». No se trata tanto de quién te cae bien, sino quién tiene las capacidades adecuadas para cubrir la posición que tienes disponible.

Delegar es poner a la persona adecuada en un ministerio adecuado, con las herramientas adecuadas, para hacer un trabajo adecuado, en un momento adecuado. Es ubicar a cada persona en un ministerio según su capacidad o potencial.

  1. Debes impartir autoridad

Debes compartir tu liderazgo con las personas que has escogido para que trabajen contigo. Impartir autoridad quiere decir que tus subalternos, o miembros de tu equipo, podrán tomar decisiones. Si eres un líder orquesta que estás metido en todo, te vas a desgastar antes de tiempo.

  1. Debes proveer herramientas

Tienes que entrenar a los miembros de tu equipo. Una de las herramientas más importantes es la descripción de trabajo o de puesto. Puedes delegarle un trabajo a una persona y darle autoridad, pero si no le presentas una descripción escrita del trabajo que se espera sea realizado, tendrás problemas.

  1. Debes darle seguimiento

Tu equipo debe atender todos los problemas u oportunidades que surjan en sus respectivas asignaciones. Aquellas cosas que no puedan resolver te las deben traer a ti, pero con alguna

sugerencia de solución. Así aliviarás la carga que hay sobre ti, y la llevarán ellos contigo. Esto se llama liderazgo compartido.

Debes reunirte con tu equipo para que cada miembro rinda cuentas. Tú les da el nombramiento, la autoridad, y las herramientas, pero cada líder te rinde cuentas a ti.

Si logras seguir estos consejos, duplicarás tu potencialidad y servirás al Señor con eficiencia y diligencia.

Rvdo. Emilio A. Reyes

Vicepresidente OneHope para Latinoamérica

Adaptación libro “Hijo de Amor”.

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